La LOPIVI y la Educación Social
LOS PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN SOCIAL COMO AGENTES CLAVE PARA LA CONSTRUCCIÓN DE ENTORNOS PROTECTORES Y DE BUENTRATO
Somos titulares de derechos que hace apenas una generación, las personas no podían ni imaginar. Podemos viajar libremente por nuestro país, ejercer derechos políticos, votar, comprar y vender, expresarnos libremente, practicar o no una religión… sin embargo, si miramos en retrospectiva vemos como todos esos derechos tan “normales” se han ido conquistando con mucho esfuerzo: los derechos laborales, los derechos políticos y sociales…
En algún momento histórico surgió una demanda social, surgió una conciencia, que al chocar con límites, condicionantes o restricciones sociales o políticas de cualquier tipo decidió no conformarse. Muchos colectivos han luchado y conquistado derechos de los que ahora todos disfrutamos con naturalidad: el movimiento obrero, el movimiento feminista, el pacifismo…
La infancia es también un colectivo que ha ido conquistando espacios de derechos. Ha sido un largo proceso histórico, pasando de ser mero objeto -en demasiados sentidos- a ser sujeto pleno de derechos, reconocidos en un largo itinerario de declaraciones y convenios, hasta llegar a la Convención de los Derechos del Niño (1989), el tratado internacional que más países han firmado y que con frecuencia se olvida -especialmente en España- que es de naturaleza vinculante y un instrumento jurídico de primer orden.
Hoy reconocemos con toda naturalidad el derecho de los niños a jugar, a educarse, a la salud… algo impensable hace apenas 100 años. Sin embargo, este itinerario no pude parar. Los derechos son dinámicos, necesitan actualizarse, seguir creciendo, adaptándose a las realidades del siglo XXI para poder propiciar una ciudadanía plena y libre acorde a las realidades de su tiempo.
La LOPIVI es un paso más, que nos coloca ante derechos de nueva generación para la infancia, en concreto del derecho a vivir y desarrollarse en entornos libres de toda forma de violencia. En la implantación de este derecho, en el cuestionamiento de los espacios educativos, en la redefinición de violencia, los profesionales de la Educación Social juegan un papel fundamental.
Cualquier espacio educativo, familiar, de salud o de ocio y tiempo libre ha de ser un espacio protector para la infancia, ha de tener los criterios, protocolos y procedimientos específicos y adaptados a su contexto necesarios para configurarse como un entorno de buentrato.
Los Educadores y Educadoras Sociales asumen el encargo de construcción de la ciudadanía activa y comprometida con su entorno social, natural y virtual. Esta labor necesariamente incluye conocer los derechos y crear las condiciones necesarias para su ejercicio. En este sentido conocer la ley en detalle, los derechos que habilita y saber cómo construir un entorno protector que la dote de contenido es fundamental para seguir acompañando a la infancia en su pleno desarrollo.
En este marco, la misión de los Educadores y Educadoras Sociales tiene mucho que ver con la figura del/la Coordinador/a de Protección y Buentrato que promovemos desde iidis (al margen de la denominación que se le de en cada contexto y ámbito). Por este motivo ponemos en marcha una colaboración dirigida a la formación inicial de estos perfiles junto al Colegio Profesional de Educadoras y Educadores Sociales de la Comunidad de Madrid con los siguientes objetivos:
✔ Dar a conocer los requisitos exigidos por la LOPIVI de forma transversal y específica a los profesionales intervinientes con infancia en el ámbito socioeducativo.
✔ Aportar una visión global de cómo construir un Sistema de Protección interna (SdPi) ajustado a los requisitos legales.
✔ Avanzar en la identificación de las competencias profesionales necesarias para el desempeño de la labor de Coordinador de Buen Trato en una entidad socio-educativa.
Autor: Antonio Rivas González