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EVENTOS DEPORTIVOS

COORDINACIÓN DE ENTORNOS PROTECTORES BASADOS EN EL BUEN TRATO Y CUIDADO MUTUO + EVENTOS DEPORTIVOS

La competición sana busca generar una experiencia de esfuerzo individual y -en ocasiones- colectivo que se corona no al ganar, sino al sentir que se ha hecho todo lo posible en igualdad de condiciones.

El hecho de ganar no puede ser a cualquier precio y de cualquier manera. En el deporte el respeto por uno mismo, por los compañeros, por los rivales y las normas y parámetros del juego son básicos y hacen que nos encontremos en un espacio educativo y no en un espacio desprovisto de valores. Este respeto y cuidado ha de mostrarse en la conducta y actitud de todos los implicados, dentro y fuera del campo, e incluye tanto a los miembros del propio equipo como a cualquier otro participante, sea este competidor o espectador, niño o adulto. Desde nuestro enfoque, debemos hablar de ecosistemas 360º en los que todos los agentes clave están involucrados, dando lugar a la Comunidad Deportiva.

Un evento de carácter deportivo que sea diseñado y ejecutado como un entorno protector con enfoque de buentrato 360º se convierte en una experiencia donde se puede arriesgar y esforzarse al máximo, disfrutar y competir sabiendo que nunca se pone en juego la dignidad de los participantes; un espacio en el que todos ganamos seguro en dignidad, en diversión, en ponernos a prueba y en competir sin riesgos.

El objetivo de esta Comunidad de Práctica es dar una respuesta a la doble pregunta ¿qué hacer y cómo hacerlo?. Para ello, hemos convocado a distintos perfiles que incluyen desde profesionales del ámbito de la protección a deportistas, promotores y periodistas deportivos para reflexionar juntos sobre nuestra responsabilidad individual y colectiva como agentes de prevención, de protección y -sobre todo- de buentrato.

El contenido de esta Comunidad de Práctica está disponible sólo mediante registro previo y autorización por parte de iidis como propietario de la plataforma y sus contenidos.

  1. Las entidades que trabajan con NNA -al margen del sector y del ámbito- deben fortalecer su capacidad para prevenir, detectar y actuar de manera eficaz ante cualquier situación de violencia no sólo contra las personas menores de edad, sino también contra o entre cualquier persona que tenga algún tipo de relación con la organización.
  2. Las organizaciones -por sí mismas- no protegen. Deben establecer las condiciones necesarias para que la protección sea posible y efectiva, pero quienes protegen son -somos-las personas.
  3. La colaboración de todos los agentes involucrados en el ámbito educativo, del ocio y tiempo libre y del deporte tanto de base como de competición en la prevención, detección y comunicación de las situaciones de violencia contra las personas menores de edad resulta fundamental.
  4. La proximidad tanto física como emocional y psicológica de los monitores y de los profesionales del entorno con los niños, niñas y adolescentes, así como el tiempo que pasan juntos, hace de estos contextos un entorno privilegiado para la prevención eficaz.
  5. Resulta necesario fortalecer el compromiso de todos los agentes involucrados con el objetivo de construir un espacio libre de cualquier forma de violencia contra la infancia.
  6. Por otra parte, el enfoque de derechos y el reconocimiento de la integridad del otro a través de su dignidad no deben perderse de vista en unos contextos –el educativo, el del tiempo libre o el deportivo, entre otros- que pueden estar muy marcados por la competitividad. Así mismo, no hemos de olvidar que los niños y niñas pueden no comprender el concepto de “competición” de forma diferenciada de su propio esfuerzo, entendiendo –de forma equivocada- que no ganar tiene que ver con no haberse esforzado lo suficiente. Todo lo anterior nos orienta en una determinada dirección; sin lugar a duda, los ámbitos enumerados son contextos formativos, de socialización y lúdicos en el que se debe garantizar que las personas –todas- deben ser tratadas de forma adecuada a su momento evolutivo y estadio personal.
  7. Existe un relativo grado de sensibilización respecto a esta problemática. En una parte importante de las ocasiones, el compromiso personal de los profesionales de estos ámbitos les lleva a interesarse por este fenómeno y formarse a través de diversos canales al tiempo que parecen incrementarse los casos detectados o sobre los que se tienen sospechas. Sin embargo, esta actitud puede quedar limitada a determinados profesionales especialmente sensibilizados. Por otra parte, debe tenerse en cuenta que las limitaciones identificadas en estos sectores puede resumirse en los siguientes aspectos:
    • a) dificultades para identificar situaciones de violencia contra la infancia;
    • b) dificultades para encontrar información contrastada y científica al respecto;
    • c) dificultades para encontrar programas formativos que capaciten a los profesionales y agentes del sector para identificar dichas situaciones y actuar adecuadamente y
    • d) dificultades para identificar fuentes de asesoramiento e información eficaces que les permitan reducir la incertidumbre propia a la necesidad de tener que responder adecuadamente ante un posible caso. Junto a lo anterior, cabe citar la falta de información y espacios de capacitación para transformar a las entidades en entornos protectores basados en el buen trato y el cuidado mutuo.
  8. El presente programa formativo pretende ser una respuesta efectiva a todas estas necesidades, al tiempo que permite cumplir con las disposiciones al respecto recogidas en los siguientes marcos de referencia, en lo que a entornos protectores se refiere:
    • a) Convención de los Derechos del Niño y sus Protocolos Facultativos, así como las sucesivas Observaciones Finales del Comité de los Derechos del Niño a España.
    • b) Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia.
    • c) Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia.
    • d) Ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia.
    • e) Especificación UNE 070-2022: Sistema de gestión de la protección frente a la violencia en organizaciones de acción social, educación, deporte, ocio o tiempo libre que trabajan con personas menores de edad o en situación de vulnerabilidad. Requisitos con orientación para su uso.
    • f) Los marcos normativos autonómicos en materia de derechos de las personas menores de edad y protección respecto a cualquier forma de violencia.
    • g) Estrategia de Erradicación de la Violencia contra la infancia y adolescencia (2022).
    • h) Otra normativa específica en función del ámbito de especialización.
  9. Por otra parte, esta formación permite satisfacer también los requisitos establecidos por diversos estándares internacionales, entre los que cabe destacar:
    • a) Política de Protección de la Infancia de Eurochild.
    • b) Estándares de Safeguarding de Keeping Children Safe (KCS).
    • c) Recomendaciones de la Dirección de Justicia de la Comisión Europea para la construcción de Políticas de Safeguarding y Child Protection.
    • d) Recomendaciones para la elaboración de políticas y procedimientos de Safeguarding de The National Society for the Prevention of Cruelty to Children (NSPCC).
    • e) Estándares de protección infantil en situaciones de acción humanitaria definidos por Alliance for Child Protection in Humanitarian Action.
    • f) Estándares de protección de personas menores de edad y personas en situación de vulnerabilidad en cooperación al desarrollo definidos por World Health Organization.
  10. Sin embargo, algo se está moviendo en la dirección correcta. Organismos internacionales, financiadores, filántropos y grandes organizaciones del Tercer Sector y del ámbito educativo están empezando a demandar que las organizaciones que trabajan con personas menores de edad deben convertirse -en un corto plazo de tiempo- en entornos en los que la protección y el buen trato puedan garantizarse.
  11. Simultáneamente, la sociedad civil y las administraciones están empezando a ser conscientes de esta necesidad, la cual se materializa en marcos de referencia, posicionamientos y -más recientemente- en proyectos legislativos en los que ya se habla abiertamente de la necesidad de crear estas figuras.
  12. Necesitamos profesionales que sean capaces a corto plazo de liderar, promover, diseñar y gestionar iniciativas directamente dirigidas a ayudar a sus estructuras organizativas y a las personas que las habitan -a todas- a evitar el trato inadecuado e incentivar el buen trato desde el cuidado mutuo y la responsabilidad compartida.
  13. La necesidad es real, la situación es urgente y la oportunidad de cambiar las cosas está frente a nosotros. Este Programa formativo es nuestra contribución a un cambio transversal en nuestra forma de relacionarnos con nosotros mismos, con el entorno y con los demás