Las entidades que trabajan con NNA -al margen del sector y del ámbito- deben fortalecer su capacidad para prevenir, detectar y actuar de manera eficaz ante cualquier situación de violencia no sólo contra las personas menores de edad, sino también contra o entre cualquier persona que tenga algún tipo de relación con la organización.

Las organizaciones -por sí mismas- no protegen. Deben establecer las condiciones necesarias para que la protección sea posible y efectiva, pero quienes protegen son -somos-las personas. La colaboración de todos los agentes involucrados en el ámbito educativo, del ocio y tiempo libre y del deporte tanto de base como de competición en la prevención, detección y comunicación de las situaciones de violencia contra las personas menores de edad resulta fundamental.

La proximidad tanto física como emocional y psicológica de los monitores y de los profesionales del entorno con los niños, niñas y adolescentes, así como el tiempo que pasan juntos, hace de estos contextos un entorno privilegiado para la prevención eficaz. Resulta necesario fortalecer el compromiso de todos los agentes involucrados con el objetivo de construir un espacio libre de cualquier forma de violencia contra la infancia.

Para conseguirlo, necesitamos capacitar a las personas que deben dinamizar todos estos procesos desde dentro de las propias organizaciones y entidades, dando cumplimiento a lo dispuesto e la LOPIVI al respecto, por lo que resulta necesaria una cualificación específica para las personas que trabajan en este ámbito.